En este nuestro segundo Coloquio-Seminario luego de haber trabajado en el anterior sobre dos de los conceptos prínceps del psicoanálisis: transferencia e inconciente, desplegaremos el par: repetición y pulsión. Lacan en El Seminario 11, “Los Cuatro conceptos fundamentales…” va a tratar de ubicar los conceptos freudianos en su relación con lo que él mismo empieza a aportar: el sujeto y lo real.

Además de tomarse de a pares, pueden explorarse también sus relaciones recíprocas agrupándolos de la siguiente manera: transferencia e inconciente como fenómenos del sujeto mientras que repetición y pulsión podrían ubicarse bajo la rúbrica del objeto.

Lacan viene teorizando el inconciente estructurado como un lenguaje pero en este Seminario pone el acento en la ruptura, en la grieta. Lo concibe como algo que se abre y se cierra, inconciente temporalizado que implica una pulsación y también una evanescencia. inconsciente, pero respecto de la cuestión de ¿cómo hacer entrar al síntoma en esta dimensión? La respuesta la tenemos por el concepto de repetición, la misma estructura del lenguaje implica la repetición. Es una indicación de Freud, cómo la proliferación de sueños, por ejemplo, en el curso de un análisis puede ser exactamente lo contrario a la apertura del inconciente, puede ser un punto de máxima resistencia, el punto de no querer saber nada.

Una indicación que podemos tomar respecto de la transferencia es: “Uno oye decir que la transferencia es la repetición y digo que el concepto de repetición nada tiene que ver con el de transferencia” es así que entre transferencia y repetición hay que ubicar una articulación pero también un corte.

Si el paciente no puede recordar, repetirá, lo cual lo convierte en una resistencia como tal, deteniéndose la cadena asociativa. Esta es la idea de la transferencia como cierre. Podríamos comparar el mito de Sísifo a la vida de un pobre neurótico cargando la piedra de su destino, en una repetición eterna de castigo, sometido a un goce que lo retiene en una posición sufriente.

¿Cuál es finalmente la idea que Lacan trabaja en el capítulo “Tyché y automaton”? Aquí va a articular la repetición con dos términos aristotélicoses la idea de que el retorno de los significantes no es exhaustivo, que en el retorno comandado por el principio de placer, algo se repite y algo se escapa. Y es mucho más interesante decir, lo que se escapa es la causa de lo que se repite. La repetición entonces tiene dos caras, una que es automaton (retorno) y otra cara que es nueva, la tyché, que indica que hay una direccionalidad siempre fallida en la repetición. Hay un mal encuentro, que va delineando un trayecto alrededor de un objeto imposible de alcanzar. Es ésta la idea de repetición que a Lacan le interesa.

Respecto de la pulsión, presenta este concepto como un montaje, es decir que su estructura está conformada por elementos imaginarios, simbólicos y reales. Lacan toma los cuatro componentes de este montaje pero se detiene principalmente en el empuje, el drang, para indicar que lo que caracteriza a la pulsión es su la permanencia de su empuje constante, tal como la caracterizó Freud y con la idea de que el requerimiento pulsional tiene una lógica particular que es el “no cesa”, es decir, lo necesario, lo que no cesa de producirse y no cesa de insistir.

Este matiz de exigencia en la demanda pulsional, no parece dirigirse a otro sino que se agota en su propio demandar. Esta exigencia, ¿de qué se trata? De esta satisfacción de la pulsión que, en lugar deproducir placer, produce displacer, lo que Lacan va a dar en llamar “goce”.

El sujeto no sabe sobre lo que está en el origen de su síntoma, porque no quiere saber que hay un agujero en el origen de lo sexual, consideramos que la repetición es siempre del encuentro con ese objeto pulsional que finalmente no es. A la insistencia, a ese incesante girar en torno a los mismos objetos, propio de la articulación pulsión- repetición es lo que Lacan denomina los “modos de goce”.

Pero, ¿Si algo se repite todo el tiempo y de la misma manera, en un empuje insistente, para que nos sirve la clínica?

¿Podría un Sísifo “bajo transferencia” asemejarse más a un sujeto analizado, que se hace cargo de su destino como algo propio y hasta elegir vivirlo con alegría?

Esperamos que éstas y otras preguntas nos motiven a abrazar este recorrido.


BIBLIOGRAFíA

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